Si no entiendes mi silencio,
¿Cómo entenderás mis palabras...?

9 razones

9 razones por las cuáles no deberías amar a un poeta.


una.
Nos gusta oír cosas como “qué bonito eres” y
“no puedo vivir sin ti” pero en el fondo siempre sabemos que no se dicen de verdad.
Y que nos destroza poco a poco, sin importar cuánto nos pueden llegar a gustar
 esas mentiras.

dos.

Y cuando se nos pregunta “estás bien?”, solemos contestar “estoy bien”. Incluso si nuestros huesos se están destruyendo por dentro y nuestras manos tiemblan de todo el dolor que pasamos.

Tres.

Porque tocamos y oímos la música a nuestra manera, muy alta o muy baja, por lo tanto cuando estamos completamente solos, esto ahuyenta a nuestros pensamientos que vienen con el silencio: cosas que rondan nuestros miedos y las razones por las cuales no nos gustaría estar vivos.

Cuatro.

Dejamos demasiados e s p a c i o s entre nuestras letras porque
es así como nos sentimos.
s.o.l.o.s. Y tal vez puedes llegar a cambiar esto por un corto tiempo, pero al final,
todo suele acabar igual.

Cinco.
Y podemos conectar con los libros, películas y la música mejor de lo que lo hacemos con las personas. Así que perdónanos si lloramos en el teatro, pero no cuando te vas y te alejas.
A veces, tenemos desconectado desde el cerebro hacia abajo, pero créeme, nos gustaría suplicar y pedir que te quedases si pensamos que eso cambiaría algo, que lo harías.
Pero sin embargo no es lo que ocurre.

Seis.

Porque pediremos algún deseo a las estrellas, esperaremos a las 11:11
y cuando crucemos la línea imaginaria llamada ecuador, desearemos algo.
No te diremos el qué, porque no se hará realidad.
Y no importa si te ríes o alegas, no haremos caso a ello ni te lo diremos.

siete.

Amamos al océano, las montañas y las florestas porque son lugares solitarios en los cuales podemos olvidar nuestros nombres y nuestra existencia.
Y porque allí, podemos creer que tenemos alas, o podemos sumergirnos abajo,

abajo,

abajo,

En las aguas profundas y oscuras… y no volver nunca jamás.

Ocho.

Porque somos como somos y lo que somos, no porque lo hemos escogido, si no porque no sabemos quién o qué otra cosa podríamos ser.

Nueve.

Vamos a mezclar los siempres y nuncas con los quiero-pero-no-soy-suficientemente-bueno-para-ti,-para-cualquiera.
Y odiarás eso, a pesar de que primeramente lo ignorarás.

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Porque podrías ser capaz de darnos tu amor,
pero todo lo que te daremos puede que no te haga sentir nada.
Y quiero decirte que hay muchas más razones-por-las-cuales-no-deberías-amar-a-un-poeta
pero quiero que me ames, así que…
no te las diré.